martes, 18 de agosto de 2015

leyendas urbanas de Arequipa (la sirena del puente bolognesi)


La sirena del puente Bolognesi

¿Alguna vez oyó referir sobre la sirena del puente Bolognesi? Nuestra ciudad tampoco queda al margen de las leyendas griegas. Cuentan los antiguos que cuando era estación de avecinarse las lluvias y al despuntar la medianoche, hacía su aparición una bella mujer con cola de pez, encima de la enorme piedra que está al pie del puente Bolognesi, en pleno lecho del río. Cuenta  Eloy Obando, vecino que habita dichos lugares desde hace 75 años, que la tradición oral que le trasmitieron, refería a una sirena que esperaba a su amado ya entrada la medianoche. El lugar, que en esos tiempos estaba sin lo que es ahora la avenida La Marina, tenía un acceso consistente en una escalerilla que rodeaba la acequia, curso de agua que recorría la ciudad al margen izquierdo del río Chili. A una hora precisa, hacía su aparición, simultáneamente, la sirena en el río y un hombre desnudo en el callejón Ibáñez, arrastrando unas cadenas y subiendo un poste -que imaginamos era para divisar a su amada- luego, bajaba hasta la casa que colinda con el río,  para perderse en medio de la noche y encontrarse finalmente con la ninfa de las aguas que lo esperaba en medio de cánticos y tenues luces que se daban paso en tan descomunal piedra. Antes de que aclarase el día, cuentan otros vecinos, la piedra se convertía en una morada llena de bonitas muchachas que salían en espera de algún inocente hombre para llevarlo a sus dominios. Asimismo, se dice que dichas sirenas eran las causantes de que muchas personas se arrojaran desde lo alto del puente contra el lecho del río.


leyendas urbanas Arequipa (el tuturutu)

 

EL TUTURUTU

¿Qué enigmática figura representa el Tuturutu? "El obispo Don Juan Cavero y Toledo, pensando en el ornato de la naciente ciudad, mandó a construir una pila ornamental en la Plaza de Armas (1735); y el fundidor, a quien se encomendó esta labor, no pudiendo soportar las constantes molestias que sobre su descendencia hacían los duendes, cogió en cierta ocasión de la oreja a uno de ellos; tomó su molde en yeso, y luego, según la matriz obtenida, vació en bronce al Tuturutu".  Por supuesto que esto sólo es parte de las leyendas de la ciudad; lo cierto es que según Ventura Travada y Córdova, en su detallada descripción que de la pila de la plaza mayor hace referencia, dice:  "corónala un ángel por fama por cuyo buque se eleva el agua en un altísimo penacho". La pregunta sería hoy: ¿un ángel sin alas y vestido de armadura? Al parecer el Tuturutu sería el mismo tipo de ángel o arcángel que se hallan pintados en muchos lienzos de la escuela cuzqueña, como los hay en el convento de Santa Catalina o en la iglesia de La Compañía, y en donde muchas veces se les ve ataviados con casco o sombrero y armadura de plata o de oro. ¿Y las alas, a dónde fueron a parar?"El terremoto de mayo de 1784 dejó destruida la ciudad y también dañó al enigmático Tuturutu, el que fue guardado en la cárcel, que en aquellos tiempos se dice quedaba en el fundo El Fierro; donde al parecer perdió sus alas de ángel; presumiéndose que éstas fueron utilizadas en alguna actividad manual. Posteriormente fue llevado a las casas del cabildo y finalmente devuelto a su ubicación primera, en la Plaza de Armas".


 

leyendas urbanas Arequipa (el puente del diablo)


El puente del diablo 

Una leyenda muy antigua cuenta sobre un oscuro personaje que se dedicaba a robar y asaltar a los parroquianos de Cayma. Un día, con tal de conseguir sus deshonestos propósitos, llegó al asesinato de una muchacha, y mientras iba huyendo, en una vieja carreta en donde había escondido todo lo conseguido fruto de sus fechorías, tomó el camino con destino a lo que hoy es el puente Juan Pablo II, antes conocido como Puente del Diablo, donde se dice no existía tal depresión de terreno, y mientras iba consumando su evasión, maldiciendo a sus perseguidores y burlándose de Dios mismo; de pronto ¡el mundo se vino abajo!, se abrió la tierra y se tragó al desdichado junto con la carreta y los caballos que lo guiaban; inmediatamente se cerró el lugar y sólo quedó una pequeña depresión o "lloclla" que es la que hasta hoy subsiste. Algún testigo que desde lejos observó el incidente, sólo atinó a expresar del criminal: ¡Pobre diablo!


leyendas urbanas Arequipa (Casa encantada de yanahuara)


La Casa Encantada de Yanahuara

Corría el año de 1666, y hasta la villa de Yanahuara llegó para establecerse un noble español a ejercer la función de en comendador. Este se casó con una dama que rebosaba de atributos por su extraordinaria belleza. Transcurrido el tiempo surgió una relación amorosa entre un criado de la casa y la bellísima mujer. Tras uno de sus viajes el español logró descubrir esta infidelidad, y sometió a ambos a una serie de torturas que culminó en la muerte cruel de los amantes. Cuenta la historia que tal era el odio y el desconsuelo del español, que los enterró, aún con vida, tapiando una de las paredes de la casona donde vivían. Es a raíz de este acontecimiento que la casona ubicada a corta distancia de la iglesia de Yanahuara, cobra fama por sucesos extraños, tales como: estrépito de cadenas, campanas que sonaban solas, ladridos angustian-tes de perros y siluetas fantasmales, que noche a noche se dejaban sentir. "La casa encantada", como fue  llamada luego, cambió de dueños constantemente, debido a que nadie soportaba mucho tiempo de permanencia dentro de la misma.
 


Leyendas urbanas de Arequipa (Mónica la condenada)

Leyendas Urbanas (Arequipa)

Mónica la condenada

En los años 70, un joven asistió a una fiesta en un distrito pudiente de Arequipa. En el fragor del alcohol y la música conoció a Mónica, una muchacha de mirada apagada y cabellos castaños sujetados por un gancho. Llevaba un vestido blanco sin adornos ni flores y cortado desde los hombros que marcaba su palidez. Hablaron y entraron en empatía común. La noche avanzaba y ella debía de partir. Salieron juntos y él la invitó a subir a su moto. Ella se cubrió con su casaca del frío. 
Cortaron la ciudad en motocicleta y la dejó en casa, vivía cerca a La Apacheta. Al llegar, él le dejó la prenda para recogerla al día siguiente y así volver a ver a la chica. Al día siguiente regresó a la casa en la misma motocicleta y preguntó por ella. Salió el padre y le dijo que había muerto hace un año. "Está enterrada en el cementerio La Apacheta", le anunció. Incrédulo por lo acontecido fue al camposanto y encontró en una percha de la tumba su prenda. Días después entró en un estado de locura y se mató por las constantes apariciones de Mónica. Saltó al vacío desde lo alto de un hospital y terminó su tormentoso amor con aquella alma penitente.